La película se toma algunas licencias respecto al cuento original. Las principales pasan por acentuar el maniqueísmo de los personajes.
Para empezar, la bruja tiene un papel mucho más activo en la pantalla. Propone tratos engañosos e intenta robar el amor del príncipe mientras que, en la versión de Andersen, el personaje tiene un papel muy secundario y neutral, sin ser maligno. Las condiciones que pone a la Sirenita para darle piernas son más consecuencia de las "leyes" de su oficio que de un simple interés en hacerle daño.
En el hechizo original, la transformación de la sirena en humana le provoca un gran dolor físico que ella acepta silenciosamente por amor. Y, además, el intercambio de piernas por voz es un intercambio irreparable. Ella podrá conservar su forma humana si el príncipe se enamora de ella pero no podrá recuperar la voz.
Finalmente, el amor de la sirenita del cuento es un amor no correspondido, ya que el príncipe, desde el principio, está enamorado de otra princesa. Por tanto, el final feliz en la versión literaria es imposible y la sirenita termina muriendo.
Por esta última razón, muchos de los aspectos del cuento danés se modificaron y se construyó una película más adecuada al público infantil y más cercana a los esquemas de los cuentos de hadas que Disney había llevado al cine anteriormente. En concreto, se buscó un argumento en el que la doncella/princesa tuviera que superar varios obstáculos impuestos por un personaje maligno pero que, al final, se viera recompensada con el amor del príncipe y una gran boda.
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